Mermelada, confitura, jalea y … marmalade son palabras a menudo usadas como sinónimos pero que definen sabores, texturas y recetas distintas. Cuál es la diferencia entre estas recetas y cuáles son sus usos en la cocina?
En nuestro paréntesis estival sobre conservas de frutas y verduras queremos añadir unas curiosidades lexicales sobre diferentes términos: mermelada, confitura, jalea y marmelade.
Solemos usarlas como sinónimos cuando en realidad lo que comparten son los ingredientes: frutas y azúcar, si bien el tratamiento y la proporción de los ingredientes permite obtener resultados distintos para los usos y paladares más variados.
Sabias que …
cuando estás comiendo una mermelada de limones en realidad no comes una mermelada? No! Se trata de una MAR-MA-LA-DE, sí, igual que en inglés: una mermelada de cítrico.
La legislación Europea y Española recoge su definición, en el Real Decreto 670/1990, del 25 de mayo , se define la marmalade como “La mezcla, con la consistencia gelificada apro¬piada, de azúcares y de uno o más de los productos siguientes, obtenidos a partir de agrios: pulpa, puré, zumo, extractos acuosos o pieles”.
Y ya que estamos, descubrimos que lo obvio no lo es…
La mermelada es un producto preparado por cocción de frutas enteras, troceadas, trituradas o tamizadas a la que se han incorporado azúcares hasta conseguir un producto semilíquido o espeso. Tiene que contener un mínimo de fruta del 30% respecto al peso de producto acabado.
Tras la mezcla de los ingredientes, se somete a una cocción prolongada, hasta quedar reducido a puré con algunos trocitos de fruta. Lo habitual es que incorpore más de un 50% de fruta por lo que en la etiqueta se encuentra, por ejemplo, “elaborado con 50 gramos de fruta por 100 gramos”.
La confitura, a diferencia de la mermelada, es una mezcla de consistencia gelatinosa, elaborada con azúcares, pulpa o puré de la fruta y agua.
La cantidad mínima de fruta que debe contener es del 35%, y si el contenido es igual o superior al 45%, puede calificarse como confitura “extra”.
Las diferencias esenciales entre ambos productos están en la consistencia y el contenido de azúcar. Dicho a grandes rasgos, las confituras tienen una consistencia más gelatinosa y suelen incorporar más azúcar. Cuando sacamos una mermelada del frasco podemos apreciar que se trata de un producto más semilíquido.
Las jaleas, a diferencia de las mermeladas y de la confitura, no se preparan con frutas enteras o troceadas, sino que se elaboran a partir del zumo de las frutas. El contenido de azúcar estipulado es similar al que se establece para las confituras y su textura es la de una gelatina transparente.
…y para terminar a cada producto su envase. Busca el tuyo!